Caracter:

Ares nos cautivó desde el primer instante con su enternecedora presencia. Su diminuto tamaño y su carita de peluche, a pesar de la ausencia de un ojito, irradiaban unas ganas inmensas de agradar. Su alegría y vitalidad se manifiestan de una manera muy peculiar, alzando sus patitas y girando sobre sí mismo. Con las personas es pura dulzura, aunque a veces su entusiasmo lo desborda y apoya sus patitas, lo hace con delicadeza y resulta muy gracioso. También demuestra su cariño con besitos. En el patio, responde perfectamente a su nombre y muestra gran obediencia al ser llamado. A la hora de comer, prefiere que le sirvamos en el suelo, ya que el cuenco le genera inseguridad. Durante sus paseos por un pueblo tranquilo, camina bien con la correa. Sin embargo, al cruzarnos de lejos con personas paseando a sus perros, parecía asustarse. No estamos seguros si es por falta de costumbre o si su visión reducida le genera temor. Curiosamente, cuando la persona y su perro pasaban de largo o se daban la vuelta, Ares mostraba interés en acercarse. En el paseo también notamos cierta dificultad para mantener una dirección fija, ya que algunos elementos del entorno lo asustaban y lo detenían, como un simple resalto en el suelo. Su relación con las personas es extremadamente cariñosa, buscando constantemente afecto. Con otros perros suele llevarse bien y no ha tenido problemas en la protectora. A veces muestra su deseo de jugar ladrando a sus compañeros para llamar su atención. Disfruta mucho de la compañía de iguales, y le encanta perseguir a las galgas en sus juegos de carreras, adora los juguetes y chapotear en el agua, demostrando que aún es un cachorro noble y juguetón. En la calle, mostró cierto interés en perseguir gatos que aparecieron repentinamente, pero en casa apenas les prestó atención.

Historia:

Ares llegó a nosotros procedente de una familia que lo tuvo durante dos meses y que no pudo seguir cuidándolo debido a un cambio de domicilio donde no permitían animales. Anteriormente, había sido rescatado de una situación de maltrato. Cuando llegó a esa familia, apenas podía mantenerse en pie, lo que nos hace pensar que estuvo privado de cuidados básicos. Durante esos dos meses, se recuperó un poco.

Actualidad:

Idealmente, Ares necesitaría un hogar tranquilo. En entornos rurales se desenvuelve sin problemas, pero debemos tener precaución con las escaleras, ya que creemos que su visión limitada podría hacer que se cayera al bajarlas, aunque curiosamente las sube mejor. El refugio no es el lugar adecuado para este encanto. Ares está listo para encontrar a esa familia que lo ame y lo cuide con todo su corazón, y él sabrá recompensarlos con creces.

Nota para adoptantes: Si quieres adoptar a Ares escríbenos a adopciones.cuencanimal@gmail.com