Con el alma dolorida, despedimos a nuestro adorado príncipe Limón.
Tenemos muchos príncipes y princesas especiales en Cuencanimal, pero es que con Limón nos unía una historia que arraigaba en nuestros corazones. Su rescate fue muy muy costoso, eso no se olvida, pero sobre todo haber disfrutado de sus pequeños avances en el refugio nos ensanchaba el alma. Compartir casi 10 años con él ha sido un privilegio, desde el principio fuimos muy conscientes de que eramos lo único que tenía. Esta frase es nuestro mantra ante casos como el de Limón «cada vida es única e irrepetible», pero no queremos que se desvirtúe por su uso, es real, lo creemos y nuestro trabajo es éste, dar a seres tan maravillosos como Limón esta realidad que vivió en nuestro refugio. Le disfrutamos feliz en el refugio, encontró un remanso de paz aquí, desarrolló vinculo genial con las personas en las que él decidió confiar y ahí hasta sonreía, ¡una sonrisa que valía millones! Limón encontró su hogar, en Cuencanimal, era «nuestrogalgo», aquí le dimos todo lo que pudimos y más.
A mediados de abril, una sombra cubrió su alegría con serios problemas respiratorios que le arrebataron el apetito y apagaron su aliento. Días de esperanza en la clínica no lograron aliviar su sufrimiento, las pruebas revelaron una masa, un enemigo silencioso. Ante su deterioro y sin un horizonte de alivio cercano, con el corazón destrozado, tuvimos que permitirle descansar… Prolongar su agonía hubiera sido una crueldad impensable.
Durante diez inolvidables años, Limón nos regaló su amor incondicional, reinando en nuestros corazones, amado profundamente fue parte esencial de nuestra familia, era de los más veteranos de nuestro Santuario. Su ausencia deja un vacío inmenso.
Agradecemos de todo corazón vuestro apoyo constante a Cuencanimal.