Entrada en Cuencanimal: oct 2014, adoptado may 2020.
A su llegada veíamos en Kovu los síntomas de su desarrollo en soledad, excitado y deseoso de contacto, lo reclamaba incluso impertinente, eso se quedo atrás, desde hace años (2014) reconocemos la evolución de Kovu, hemos comprendido y respetado sus tiempos, su nuevo aprendizaje, que maravilla. Kovu no ha perdido su esencia noble, sociable y dinámica, es juguetón, le gusta estar activo, necesita estímulos positivos para desfogar y con los juegos desarrolla vínculos afectivos muy positivos. Su mirada nos estremece, su rostro es tan expresivo que no puedes pasar de largo e ignorarlo, como nos gustaría poder expresar mejor todo lo que transmite Kovu cuando te entregas a él, cuando disfrutas de sus juegos, de pasearlo (muy bien con la correa), cuando lo conoces al pasar buenos momentos no forzados de calidad con él. Su convivencia es correcta en el refugio, siempre hemos sido muy cuidadosos en los momentos compartidos con otros canes, como por ejemplo la comida, o a la hora de repartir equitativamente el cariño, o los juegos donde se comparten juguetes..., el es inteligente y está atento a las indicaciones, por ello sin problemas. Con las personas ha sido una delicia desde el principio, tuvo que aprender a nivelar su afecto, llegó muy demandante, pero ahora ya sabe que siempre va a recibir como mínimo una voz dulce y una caricia amiga! Se le ha presentado un gato tranquilo acostumbrado a los perros, es probable que extremando precauciones y haciendo poco a poco las presentaciones, pudiese convivir con gatos, mostró una reacción correcta.
Historia: Los vecinos de la propietaria de Kovu nos dieron aviso, él y otros 2 perros estaban solos durante semanas, la familia solo los visitaba para echarles de comer cuando podían acercarse al cercado donde vivían. Tras esa soledad vivida en su primera etapa de crecimiento y socialización llegó a Cuencanimal, una familia extensa y mucho más equilibrada que lo vivido anteriormente, menos mal, no queremos ni imaginarnos a Kovu solo días u días, demasiadas horas para el ser que reconocemos entrañable y extrovertido.