Llegó a Cuencanimal modosito y expectante, solo se dejaba llevar mientras estudiaba los movimientos y los alrededores. Ay cuando se comenzó a sentir a gusto y entendió la dinámica del funcionamiento de las rutinas del día a día, ahí ya salió su carácter en estado puro, su juventud con temperamento, un peque con solo un año de edad, una adolescencia llena de descaro, con su fortaleza física, su velocidad, su falta de prudencia, su descaro en las relaciones... estos jovencitos que se crecen en cuanto cogen confianza. Tenemos que tener cuidado, está en ese momento especial donde las relaciones, las normas, el afecto, los juegos, son tan importantes para que consolide un buen temperamento para su vida. Le dedicamos todo el tiempo que nos es posible, pero tiene otros tantos compañeros que también necesitan de nuestras atenciones. Tanguy tiene un fondo noble, pero nos encantaría ayudarlo de la mejor manera posible para que ahora, por su etapa evolutiva, se potencien esas cualidades que tiene y que le faltan por pulir: su inocencia, su curiosidad, su energía, su afectividad... Tanguy necesita aun supervisión en sus relaciones con los compañeros, por su energía y velocidad es un poco prepotente en las relaciones, es un machote obediente, pero joven y sin miedo! Con los voluntarios también es descarado, le gusta la atención, y no le importa si son de confianza o personas nuevas.
Historia: Tanguy vagaba solito en zona rural de tradición galguera, se coló en un garaje particular, ahí se dejó cuidar y atender por los propietarios, pero no podían quedarselo, tenían más perros (2 machos con los que no tubo ningún problema de relación), lo cuidaron unas noches hasta que pudimos socorrerlo, él parecía decir, aquí me quedo que me dan de comer y no paso frío...