Entrada CA: sep 2016, adoptado tras 3 años en el refugio: oct 2019.
Nairo es un príncipe, muy muy lindo. Lleva ya años en el Refugio (desde 2016), y decimos con orgullo que es feliz, que ha encontrado la paz, que disfruta del día a día. Esto nos reconforta, ha recuperado su esencia inocente. Queremos describirlo bien, porque lo queremos muchísimo, es guapísimo, su expresividad en la mirada, los gestos de la cara, su porte físico, su altura, su pelaje... conocerlo es para derretirte, a veces se difuminan los caracteres en las horas de recreo con muchos peques alrededor, pero cuando tienes un ratito para pasear a Nairo, para quedarte con él a solas, para acariciarlo y dedicarle toda la atención y afecto, ahí mueres, Nairo enamora, solo transmite pureza, sencillez y candor. Nos gusta ver cómo ha evolucionado en su sociabilidad con las personas, huía de los hombres, jamas mostró agresividad, pero poco a poco se fue acostumbrando a algunos voluntarios masculinos del refugio, necesitaba tiempo y comprensión. Ahora con las personas es cariñoso, ya se relaja y disfruta de las caricias y cuidados. Con los demás perros también sabe relacionarse, tras hacer buenas presentaciones y tener las precauciones básicas Nairo es genial.
Historia: Nos dieron un aviso, ya sabéis que siempre estamos fatal de espacio en el refugio, y coincidió con el fin de la temporada de caza, desbordados no podíamos hacer nada! horrible!... Pues los meses pasaron y fueron entrando poco a poco todos los avisos de la lista de espera (necesitamos que haya una adopción para poder rescatar otro caso), y hasta 6 meses después no llegamos hasta este aviso, sin esperanza ninguna retomamos el caso y tuvimos que buscar y rastrear la pista. Tras indagar, nos dijeron que se había trasladado a otro pueblo cercano, ahí fuimos a seguir su pista... y apareció el "sabueso" pero no iba solo, eran dos, imposible separarlos y coger solo a uno dejando desamparado a su compañero de supervivencia. Así llegaron a nuestro refugio Nairo y Joy (adoptado), tras 6 meses (que tengamos constancia) esquivando pedradas, mal alimentados, huyendo de voces y patadas... Nairo tuvo que sobrevivir en la calle, aprendió a "juzgar" si el entorno era afable o agresivo, en sus meses de soledad y abandono extremando estos rasgos de vigilancia, tensión, temeridad y precaución por pura supervivencia.
NOTA PARA ADOPTANTES: Técnica de rescate experimentada, no se cogió fácilmente y en un futuro sería difícil un nuevo rescate. Extremar precauciones anti-escape en periodo de adaptación a la familia.