Olha es de esos perritos que florecen en el refugio, llegan tristes, asustados, desamparados, bloqueados... pero no no!! Olha ha florecido, ahora es un torbellino, su efusividad en sus muestras de cariño nos tienen locos (y doloridos, jeje), sus abrazos son de oso, no mide sus fuerzas y ella transmite con todo su tamaño lo agradecida que está!! Ha debido estar tan tan sola que no se cree lo grande que es su familia ahora, su sentimiento de pertenencia le hace crecerse, correr, saltar, juagar, pedir descarada atención... Le estamos enseñando a caminar con la correa, ella se esfuerza (y la comida nos ayuda), antes temía entrar en cualquier sitio nuevo, incluso salir del refugio no le gustaba, ahora da gusto verla caminar erguida y orgullosa presumiendo de su compañía. Sin ningún problema de relación, acaba de estrenarse en su nueva vida y su carácter es de cachorra grande, esto le ayuda a relacionarse muy bien con el resto de la manada, y a sentirse muy a gusto en compañía humana (compañía de esa que responde cuando pide atención, juegos y amor).
Historia: Todo el verano solita mendigando de puerta en puerta en una aldea, allí todo el mundo la alimentaba (ha llegado gordita) pero nadie le dejaba refugiarse en su hogar... Tras demasiado tiempo en nuestra lista de espera por fin la pudimos socorrer.